lunes, 27 de julio de 2009

La Maga

Recuerdo esa noche boca arriba, donde vagaba entre la galería Güemes en 1930 y las Galerias Vivienne de 1880... ese otro día donde recibí mi premio, y dónde todos lo recibieron también. Otra tarde busqué varias instrucciones, para esos momentos clave, donde a uno no le explican como hacer. Uno simplemente hace. Un escalón, un desagüe, un velorio y un par de tigres... que esperan la reacción de ese objeto para el cual hemos sido regalado... Ojalá algún día pueda hacer unas buenas inversiones y pueda comprarme la spika para escuchar la pelea de Torito. Que biaba, por Dios!

Cuántos de nosotros soñamos alguna vez ser al menos una sombra de un escritor?

Por ahora sólo soy la sombra del mediodía.

Pero mientras exista la de las 18hs, no dejaré de buscarla.

Wilson W.

No hay comentarios:

Publicar un comentario